Al sur de Monegros encontramos un paisaje peculiar salpicado de numerosas lagunas saladas que en verano, por efecto de la evaporación se convierten en extensas láminas de sal. La ausencia de sierras o arbolado crea un horizonte infinito. La sensación de desierto desde esta elevación...
duna, es total. La carencia de verticalidad, solamente rota por las
lejanas construcciones de la sal y los mases que se divisan en un tozal
al este, hace de esta tierra plana una llanada de longitud y latitud
infinitas. El ancho erial limoso, las planas que le rodean, los campos
desiertos, el cierzo en el rostro y el horizonte ilimitado dan la máxima
sensación de libertad que pueda sentir el ser humano. |
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Fauna y flora de las saladas |